"En el verano de 1945 comenzó un tratamiento psicoanalitico. "Deberia haberme sentido como una enferma ante un médico. Pero no me se sentia enferma, solo llena de culpas oscuras y de confusión". Durante un par de meses, anotaba todos los dás sus sueños - en un café, a las apuradas, antes de la sesión -, y se sentía como una estudiante. Luego subía, se sentaba frente al analista y hablava con él. "En su mirada nunca se apagaban la ironía y una profunda atención... La luz de su inteligencia me iluminó durante aquel verano negro". Al finalde ese verano decidió regresar a Turín. Extrañaba a sus hijos, quería volver a vivir com ellos". "No me habia liberado de mis neurosis, simplesmente había aprendido a soportalas o, al final, las había olvidado".
(In. Maja Pflug. Natalia Ginzburg: audazmente tímida. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2020).
Nenhum comentário:
Postar um comentário